Por @FrancisRuizP
Sin ánimo de ser justiciero contra los torpes como Fernando Francés, voy a serlo.
El amigo Fernando Francés es el director de un museo público
de gestión privada que recibe nada más y nada menos que alrededor de tres
millones de euros al año, a través de su empresa de gestión cultural que recibe el original nombre de “Gestión Cultural y Comunicación”. (Debieron
contratar a un grupo de creativos bastante importante para darle forma)
Pues bien, os pongo en antecedentes, eso sí, sin ánimo de
ser justiciero.
La “profesional” empresa de Fernando Francés consiguió en el
año 2007 la renovación de la concesión de gestión del CAC (Museo y Centro de
Arte Contemporáneo de Málaga) que el Ayuntamiento le otorgó de forma un pelín
sospechosa. En un primer concurso en el que también se presentó Unicaja la
resolución quedó como desierta.
Según el concejal de aquella época tan “maravillosa” para
Málaga, “Unicaja no acredita
trabajos o contratos realizados en los últimos cinco años de asesoramiento con
instituciones públicas o privadas para la implantación de centros de
documentación sobre arte contemporáneo" (Te cagas)
La empresa de
Fernando Gabacho no cumplía con los requisitos por cosas tan importante como la
imagen de la fachada del museo o el uniforme de los trabajadores. Sí, tal como
suena. En segundo concurso únicamente se presenta la empresa de tan original
nombre y al cual se le concede la gestión del museo al cumplir todos los
requisitos.
Pues NO. No
cumplía todos los requisitos. Un pequeño detalle que el Ayuntamiento de Málaga
obvia en esos momentos es que el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria
(TSJC) había considerado culpable a “Gestión Cultural” (empresa del susodicho)
de “muy graves y serios incumplimientos de contrato” con la administración cántabra
a razón del diseño de la exposición del Museo Marítimo del Cantábrico, con lo
que le retiraban el contrato. Si pinchas aquí, en la parte azulita puedes verla noticia de La Opiniónde Málaga.
Y esto puede
parecer una tontería, pero esta sentencia conlleva que esta empresa ya no podría
tener adjudicaciones por alguna administración pública al haber sido declarado
culpable de incumplimiento de contrato con otra. Fernando Francés recurrió la
sentencia y por ello era legal (que no significa que fuese ético) que pudiera
seguir al frente del museo malagueño.
El ayuntamiento
de Málaga se pasó por el forro esta sentencia y a Fernandito le vino de lujo. Tres
millones de euros al año para su cortijo.
Fernando Francés
tiene una peculiar forma de gestionar el Museo del CAC. Las exposiciones, como
suele ser habitual, son prestadas gratuitamente por los expositores. Pero el
CAC es muy especial. Venden catálogos de los expositores por los que cobran
unos 50 euros aproximadamente. Los prologuistas cobran, las imprentas cobran,
los editores cobran y el museo cobra, pero el artista… NO. Recuerdo que reciben
3 millones de euros.
¿Y por qué
escribo esto? Pues fácil y para toda la familia. Primero el pseudo señor Francés
a través de Twitter se dirigió a mí con insultos como “gamberro”, “niñato” y
otros muchos por haber ejercido mi libertad de expresión al criticar un pésimo
artículo de la periodista Isabel Naranjo (consorte de Elías Bendodo, Presidente
de la Diputación
de Málaga) con los que mantiene una amistad cachorril. Días después el torpe de
Fernando Francés tildaba a los huelguistas de “HDP” (hijos de puta, para los de
la ESO ). Cuando
recriminé su actitud me llamó “imbécil”. Después de esto mi equipo de psicólogos
tuvo mucho trabajo para que yo lo pudiera superar. JEJEJE. Y eso yo no puedo
perdonarlo.
Un beso amigo
Fernando Francés
Hace unos días estuvieron un grupo de bomberos o policías (desde la ofi no se veía) gritando porque estaba allí el alcalde y por lo que se ve lo van siguiendo allá donde va experesándole cariño y amor... Espero que tu amigo haya pillao besitos también.
ResponderEliminarPotoppitta, otra imbécil.