Por @Francisruizp
En pocas semanas me voy. Me voy de Málaga, de Andalucía, de
España. No me echan, me voy porque quiero. Me voy por muchos motivos que
explicaré llegado el momento.
Al irme dejo y me llevo muchas cosas, pero lo más importante
que dejo y me llevo es Málaga. Mi Málaga.
Bien sabe el mundo que nunca tuve patria, banderas ni
fronteras; y bien sabe mi tierra que tampoco fui su verdadero amor aun
queriéndola como a mí mismo.
En Málaga dejo la ciudad imberbe que nunca creció, la Peter
Pan del país de los toros y los palmeros del vino tinto. Dejo una Málaga con
playas en menstruación, con cajeros automáticos sin cocina y huesos de puchero
durmientes. Dejo la mafia de unos señores que alguna vez pensaron que lo
nuestro era suyo. Dejo la Málaga de capirotes y descamisados. Dejo la Málaga
rancia con sabor a pescado podrido. Dejo esos bares donde un tropiezo es un
desafío. Dejo calles negras, mieles amargas y una calle Larios sin papeleras.
Dejo la esclavitud del obrero. Dejo esa Málaga que calla y
otorga. Dejo esos “para qué”. En Málaga dejo una lágrima de lo que pudo ser.
Dejo una sociedad sempiterna. Dejo la Málaga de la lágrima de cocodrilo y los
boquerones sin vinagre.
Dejo la Málaga de los que nunca debieron ser malagueños…
Pero me llevo una parte de ti.
Me llevo la Málaga de las corralas. La Málaga que nunca
renunció a la verdad. La Málaga del trabajador que lucha por la dignidad. Me
llevo una Málaga con esperanza, corazón y coraje. Conmigo viene la Málaga de
San Andrés, de la Trinidad o la Victoria. Me llevo la Málaga que dio calor a
unos indignados un 15 de mayo.
Me llevo la Málaga del Pimpi Florida. Me llevo un Onda
Pasadena a las 5 de la madrugada. Me llevo unas gambas del Pepa y Pepe.
Me llevo la Málaga por la que cada día caminaba mi padre
pensando en mañana. La de mi madre luchando por mí… y sin saberlo también por
ti. La de mis hermanos sufriendo en silencio.
La Málaga de la que Javi salió soñando en volver. La Málaga
de las madrugadas eternas sentado en un banco del barrio. Ángel, Roi, Jesús,
Antoñín, Richard, Moi, David y tantos otros.
Me llevo la Málaga de Dani y Cristóbal jugando a estar
malitos.
La Málaga de Durchi, Curro, Ismael, Alelao y cada uno de los
copilotos de cervezas y gintónics que me ha regalado.
Y meto en la maleta a la mujer más maravillosa que jamás
Málaga regaló a nadie. Ay Carmela…
Sé que me voy, sé lo que dejo y lo que me llevo. No sé
cuándo volveré pero sé que volveré, porque necesito a mi Málaga tanto como ella
me necesita a mí.
Cuidad de Málaga. Está enferma pero nunca muerta.