5 de agosto de 2012

Silogismo de la #FeriaMLG




El Ayuntamiento deberá adjudicar las casetas a colectivos sociales y sin ánimo de lucro
El Ayuntamiento adjudica casetas a bares para evitar que se queden vacías
Luego los colectivos sin ánimo de lucro son incapaces de evitar que se queden vacías


Mirar con cierta perspectiva la Feria de Málaga permite ver las cosas de otro modo. Hasta 'ayer' había guantazos por conseguir una caseta en Cortijo de Torres. Hoy, según parece, ya nadie quiere casetas; y es necesario incluso violar la ordenanza municipal para conseguir adjudicatarios. “Qué más da a quién concedamos las casetas si nos garantiza un espacio de calidad y cumple las normas”, afirma el concejal responsable, Damián Caneda. La Opinión recoge las explicaciones municipales tras la ración de fritura del pasado 1 de agosto. Cabe preguntarse si todos tenemos barra libre para incumplir la ordenanza municipal que queramos.

Los bares han creado asociaciones ficticias para cumplir los requisitos que exige el Ayuntamiento. La realidad es que la adjudicación es inmoral. Nadie discute la conveniencia de una Feria gestionada por empresarios, cuestión de abrir otro debate. El problema es cuando se utilizan distintas varas de medir con los ciudadanos. Sobran ejemplos.

Los empresarios de la noche llegaron a la llamada zona familiar de la Feria a través de subarrendamientos. Había colectivos que alquilaban sus casetas de forma ilegal. Ésta práctica era perseguida y sancionada por el propio Ayuntamiento. En 2010 llegan los primeros bares a Cortijo de Torres con adjudicaciones propias. Para ajustarse a la ordenanza vigente, este año han creado asociaciones fantasmas. El final parece ser un cambio de la norma para que los empresarios tomen las riendas de la Feria, aunque las peñas ya han levantado la voz y exigen el cumplimiento "estricto" de la ordenanza y critican que haya bares en la zona familiar.

El Ayuntamiento parece que vuelve a aplicar una política de desgaste como desde hace años lleva a cabo en la Feria del centro, convertida en el paradigma de lo merdellón. Agoniza mientras muchos malagueños ni sentimos, ni padecemos. Con evitarla tenemos suficiente. La estrategia era dejarla morir y está resultando efectiva. Ante tal degradación, morirá sola o la matarán sin oposición alguna. Con el botellón de la plaza de la Merced pasó algo parecido años atrás.

Este año se abren algunas incógnitas: ¿Funcionará el gueto de Santo Domingo?; ¿Dónde irán las hordas de jóvenes borrachos cuando corten la música al otro lado del río?; ¿La Feria del centro sin casetas ni música en la calle tendrá vida?; ¿El objetivo es darle un giro o terminar de cargársela?; ¿Seguirá Cortijo de Torres siendo un desierto cada mañana?; ¿La estrategia de dividir al público a quién beneficia?; ¿Los empresarios aplicarán las tarifas 'populares' de sus bares en las casetas?; ¿Saben todas que tienen que olvidarse del derecho deadmisión? El garrafón cada noche seguro que no falla, el resto habrá que chequearlo.

Coda. El billete del autobús directo al Real de la Feria sube hasta los dos euros. En Twitter preguntan si incluye alguna consumición.

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