28 de enero de 2014

La carta


por @Francisruizp


Recibes la carta, tienes miedo a abrirla. Coges una cerveza de la nevera. Abres el armario de las medicinas y pillas un diazepan. Te sientas en el sofá con el sobre en la mano. Te dispones a abrirlo. El miedo cada vez es mayor. Apagas la TV. Coges el teléfono y dejas marcado el 061 a falta de darle al botoncito verde de la llamada.

Abres la carta de una jodida vez. Está doblada. Sólo puedes ver tus datos. Piensas en la persona de EMASA que se entretiene en doblar la factura en tres partes. Despliegas la primera. Observas el gráfico de comparación de consumo. Respiras aliviado porque a priori el consumo de este mes ha sido menor que el de la última factura.

Sólo queda desplegar la última parte. La definitiva. Sudores fríos. Das un sorbo a la cerveza. No te atreves a mirar el puñetero importe total.

Vas al baño, haces pis y te refrescas la cara. Vuelves al sofá. Allí sigue el diazepan, la cerveza y esa maldita carta. Vuelves a sentarte. Sabes que el momento tiene que llegar. No se puede estar de espalda a la realidad para siempre.

Por fin, y con mucho valor, abres la carta. 20 euros más que la última factura. Te bebes la cerveza de un sorbo. Vas a la cocina con la caja de valium. Quieres echarte un vaso de agua para tomar la pastilla. Piensas en el precio del agua. Coges la botella de whisky.

Ya sólo piensas que nadie se enriquezca con tu muerte.

Colorín colorado :)))

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